Y fueron felices y comieron perdices... típico final de cuento, ¿pero fueron realmente todos felices? Casi todos los autores se olvidan del malo del cuento... ¿puede ser feliz un personaje al que le han pegado la paliza de su vida o, como en el caso del cuento de los tres cerditos se ha quedado con su cena?
En la vida puede ser feliz un personaje que tiene que pasar meses en un hospital después de semejantes palizas, meses de rehabilitaciones, meses en los que la pesada de su mujer le echa en cara que no traiga comida a casa...xD...nadie se acuerda de ellos.
¿Pero son realmente los malos los verdaderos perdedores en la realidad? Todo el mundo quiere ser el bueno del cuento o el héroe sin saber que en la realidad éste está pluriempleado (todo el día salvando gente) y vive en el típico palacio que en fotos sale precioso pero que en la realidad está que se cae de viejo ¿Y la princesa? A la chica le sentó demasiado mal el secuestro y ya no está en sus cabales.
En la realidad el bueno del cuento es un desgraciado, en la realidad es el malo el que lleva la vida deseada, el que se lleva a las princesas guapas y que tiene como único problema caer mal a unos pocos que no tienen donde caerse muertos. En la realidad desgraciados de turno como el coyote y Silvestre hace meses que se comieron a los adorados correcaminos y Piolín... ¿Por qué no elegir al malo que es el verdadero triunfador en la realidad?